Lee el manifiesto de la Alianza Española contra la Pobreza y echa un vistazo al vídeo de la Coordinadora de ONG de Desarrollo en el que se recogen propuestas de la ciudadanía y sus exigencias a los gobiernos para cambiar un modelo que es en esencia injusto. Es nuestra contribución a la iniciativa mundial «El mundo que queremos» en el que millones de personas de todo el planeta demandan un cambio de rumbo del sistema global que nos gobierna.
MANIFIESTO
La Alianza Española Contra la Pobreza somos personas que, desde ONG, sindicatos, asociaciones, movimientos ciudadanos, abogamos por un mundo en el que los gobiernos cumplan sus obligaciones relativas a la lucha contra la pobreza, y que las personas tengan las mismas oportunidades independientemente de donde nazcan o vivan. Somos organizaciones que creemos en un mundo justo en el que se respeten los derechos humanos; las personas trabajen en condiciones dignas; se respete el medio ambiente y en el que las relaciones comerciales entre países sean justas.
Denunciamos las graves consecuencias que la crisis está suponiendo, especialmente, para las personas más vulnerables; consecuencias que en el último año han empeorado notablemente. Más de 1.400 millones de personas sufren pobreza extrema y casi 1.000 millones sufren hambre. Este año pasará a la historia como el año en el que además del hambre sistémica se declaró la primera hambruna del siglo XXI y que afecta a otros 11 millones de personas. ¿De qué sirve, entonces, ser la primera generación que puede acabar con la pobreza? ¿De qué sirve que 189 Jefes de Estado se comprometieran en el año 2000 a reducir a la mitad el hambre en el mundo para el año 2015?
Estamos ante una crisis que no es únicamente económica. Su carácter multidimensional nos obliga a atender sus aspectos sociales, ecológicos y económicos integralmente y no confiar su solución al crecimiento económico sin más. La respuesta exige la profunda reforma de un modelo que genera y mantiene las desigualdades, un sistema que genera riqueza a costa de dejar a millones de personas en situación de pobreza y exclusión.
Ante la crisis, los más poderosos, los actores y países ricos, anuncian medidas que, en lugar de atacar sus causas, provocan recortes sociales haciendo que paguen quienes no son responsables de la actual situación; se mantiene, por tanto, el actual modelo económico desigual, asociado al despilfarro y al consumo sin límites. Un modelo que es manejado por ?los mercados?, a los que se les ha dejado actuar impunemente, detrás de los cuales se encuentran personas con grandes fortunas que negocian ocultas tras la opacidad de los paraísos fiscales, y capaces de especular con los alimentos sin preocuparse del hambre y las muertes que provocan, y solo interesados en el beneficio obtenible. Ante esta situación, se percibe necesario un cambio de modelo, en el que la pobreza y el dolor del mundo no pueda ser manejado por los mercados y en el que renazca la justicia.
En los países ribereños del Mediterráneo se ha producido una demanda pacifica popular sin precedentes, reclamando democracia, que ha derribado ya varios regímenes dictatoriales, y que ha tenido también su reflejo en España a través de la petición en todas las grandes ciudades de una democracia efectiva. Es necesario eliminar la pobreza y que la riqueza no se siga acumulando aceleradamente en pocas manos, por eso nuestra antigua petición de rebelarse contra la pobreza hoy tiene más vigencia que nunca, y te pedimos ¡Únete a la rebelión!. Cambiemos este modelo por otro en el que los valores de justicia, democracia y solidaridad se abran paso. ¡Únete a la rebelión!
Demandamos un cambio de rumbo inmediato:
Los gobiernos deben responder y asumir sus responsabilidades. Deben cumplir sus compromisos y no perder el rumbo en la lucha contra la pobreza. 2015 está a la vuelta de la esquina y deberían tomarse medidas inmediatas para la reducción de la pobreza y evitar que continúe creciendo.
Exigimos que los recursos públicos para resolver la crisis sean obtenidos con un sistema fiscal equitativo y progresivo, y sean gestionados con responsabilidad, coherencia, y transparencia y que no se utilice la excusa de la estabilidad presupuestaria para recortar derechos sociales.
Los derechos humanos no son un lujo propio de épocas de prosperidad. En tiempos de recesión económica, las obligaciones de derechos humanos de los Estados ni se extinguen, ni se atenúan. Los derechos humanos deben ser una prioridad.
Exigimos al gobierno español y a los gobiernos locales:
- Que la lucha contra la pobreza sea una política de Estado que alcance todos los niveles del gobierno (central, autonómico y local), independientemente del grupo político que esté en el poder. El Pacto de Estado Contra la Pobreza, suscrito por todos los partidos, les compromete a los partidos políticos a promover políticas que garanticen un desarrollo humano sostenible cuyo centro sean las personas y sus necesidades.
- El cumplimiento del 0,7% de la RNB para 2015 es irrenunciable. Debe garantizarse, además, que la Ayuda Oficial al Desarrollo sea eficaz y que esté rigurosamente supeditada al objetivo de lucha contra la pobreza y de justicia social global y no a otro tipo de objetivos.
- Que adopte las medidas necesarias para garantizar el cumplimiento de los derechos humanos y elimine los abusos a las personas que viven en pobreza, así como que promueva el derecho a un trabajo decente, los derechos sexuales y reproductivos y la prohibición de los desalojos forzosos, mediante la aplicación de la legislación internacional.
- Que, ante la sociedad española, promueva una reflexión sobre nuestro modelo actual de producción y consumo, y refuerce los valores de solidaridad, igualdad y justicia.
- Que revise las políticas comerciales de la OMC y de la UE para que no impongan acuerdos a los países del Sur que perjudiquen las oportunidades de las personas más vulnerables; y que revise también la deuda externa, que impide el progreso hacia la consecución de los ODM. Si existe realmente un compromiso con el desarrollo no pueden llevarse a cabo políticas comerciales, económicas o medioambientales que generen desigualdades y pobreza. No se puede quitar con una mano, lo que se da con la otra.
- Que regule los mercados financieros y controle a las instituciones financieras, que han causado por su política especulativa un debilitamiento de las economías de todos los países y han estado entre las principales causas de la crisis actual.
- España debe apoyar la creación de un impuesto a las transacciones financieras internacionales, la eliminación de los paraísos fiscales y perseguir la evasión fiscal, para reducir la desestabilidad que producen en las economías y la pobreza que crean en todos los países
- Que adopte las medidas necesarias para luchar contra el cambio climático y se garantice la sostenibilidad ambiental, e impulse el valor de la cooperación frente a la competitividad y la especulación.
La clase política no debe olvidar que, a pesar de la crisis, la sociedad española apoya la ayuda al desarrollo, demanda un cambio en el modelo económico y en el sistema de valores y exige el cumplimiento de la normativa internacional. Las calles y plazas españolas están siendo testigos: la ciudadanía exige un cambio de rumbo que haga que las personas estén por encima de los mercados, que se cumplan las promesas y se trabaje firmemente contra la pobreza.
Reclamamos, por tanto, un sistema en el que se garantice la igualdad, la solidaridad, el bienestar humano, la equidad de género, la sostenibilidad ecológica, el derecho a la educación, a la salud, a la participación política y al desarrollo pleno de todas las personas que habitan el planeta.