Construyendo ideas, tejiendo solidaridad

Febrero – Zaragoza recibe corresponsabilidad

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“Nos ofrece la posibilidad de ser responsables en un mundo global
donde las soluciones a los problemas deben ser compartidas”.

Toño Charles, Céntimo Solidario, Ayuntamiento de Zaragoza

“La cooperación más que nunca nos ofrece la posibilidad de ser responsables con un mundo global donde las soluciones a los problemas deben ser compartidas”

Conocer al otro

Es una pena redactar estas líneas en estos tiempos de pandemia, cuando muchas de las personas que las lean lo harán cumpliendo la necesaria premisa del distanciamiento social. Vivimos tiempos de aislamiento, de barreras y de miedo. Tiempos difíciles para conocer al otro. Pero ya antes había mucho miedo de conocer al otro.

Nos hemos construido una realidad basada en nuestro desarrollo sociocultural, en lo que nos cuentan y en lo que nos interesa, y desde esa realidad construimos muros para separarnos, para distinguirnos y para identificarnos (que soy yo, si no el contrario al otro). La construcción de estos muros está alentada por las ideologías obtusas y por la malas políticas, que vienen a darnos ladrillos y alambradas para esta tendencia humana a la disociación. Y uno está tan protegido tras sus muros, y se cree tan en posesión de la verdad, que inevitablemente tiene mucho miedo de salir fuera y de conocer (miedos a veces vestidos de irá, intolerancia, y otras emociones teñidas de inseguridad).
¿Y qué hay fuera?, muchas cosas; entre otras darse cuenta que no existe la verdad, si no más bien los puntos de vista, que existen muchas realidades, todas respetables, y mucha riqueza en un mundo lleno de colores.

Desde el miedo que provocan la sombras de la noche, que no te dejan ver, llegué una madrugada a León (Nicaragua) para emprender la aventura de la cooperación, allá por 2017.
El miedo te incapacita, te dice que no puedes, que mires al otro con desconfianza, es un asesor que te quiere cuidar pero con exceso de celo. Y siempre es mejor esperar a que se haga de día, y volver a mirar con la mirada curiosa del que quiere aprender, del que no da nada por hecho ni por sabido.
Y al día siguiente amaneció en León, y amanecieron muchos días, y fueron muchas las aventuras. Pero la aventura con mayúsculas fue conocer al otro, dejarme tocar, ya desde el amor y no desde el miedo. Y es desde el amor y desde la apertura cuando una experiencia de cooperación te permite ver más allá, ver que hay otras realidades, que a veces lo que te contaron no era verdad y que debes ser tu el que conozca cómo es el mundo.
Esta visión más global, esta realidad más aumentada me permitió sentir la responsabilidad que conlleva el mundo globalizado. Que estamos todos en el mismo barco, y que si éste hace aguas en babor, aunque estribor tenga camarotes de lujo, nos vamos a hundir todas juntas… Y es esto algo muy claro cuando hablamos de medioambiente o de pandemias mundiales. Los residuos vertidos en una ciudad del Mediterráneo llegan a las costas nicaragüenses afectando a su fauna y flora, y los patógenos de la covid19 llegan donde sea.
Quizá esta pandemía que sufrimos nos haga replantearnos que tenemos que remar todas juntas, pues no hacemos nada con aislar una pandemia en Europa si esta sigue activa en Centroamérica. Problemas globales, soluciones compartidas.

Desde mi experiencia, la cooperación viene a ser un mazo contra el muro del individualismo neoliberal y un practicar el ejercicio de la responsabilidad global. Como dice un proverbio chino: “si caminas solo llegarás más rápido, pero si caminas acompañado llegarás más lejos”.

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