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La FAS en prensa: Cooperación política

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La cooperación es la principal herramienta para definir nuestro papel en el mundo como sociedad solidaria. En este sentido, la Coordinadora de Oenegés por el Desarrollo de España ha presentado a los partidos políticos un documento con cuatro claves y para recuperar la política de cooperación

En 1948, se acuñó por primera vez el término de «países subdesarrollados». Fue en el discurso inaugural del ex presidente de los Estados Unidos Harry Truman que, llamando la atención a toda su audiencia en el congreso, hizo referencia con este apelativo a los millones de personas que vivían en los países más pobres del mundo. De la noche a la mañana, pasaron a ser poco desarrollados. Y ese sigue siendo el pensamiento dominante entre las grandes instituciones mundiales.

Salvando esta visión, que algunos califican como un mito occidental, los Objetivos de Desarrollo Sostenible dejaron de focalizarse en estos países para dirigirse a todo el mundo por igual, declarando que hay una serie de cuestiones que nos atañen a todos. En definitiva, se trata de establecer unas reglas de juego que no permitan esa desigualdad creciente que se está dando entre unos países y otros, o entre unas personas y otras dentro de cada país.
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Según la Coordinadora de oenegés por el desarrollo (ONGD) en España, la pobreza afecta a 2.200 millones de personas en los países en desarrollo y se ha profundizado en los países desarrollados afectando mayoritariamente a la población infantil y a las mujeres, y degradando las condiciones laborales de parte de la población. El hambre ha aumentado por tercer año consecutivo tras una década de descensos: afecta a una de cada nueve personas. España tiene el 29,2% de la población en riesgo de exclusión.

Superar estos datos solo se consigue mediante la ampliación de los derechos reconocidos –es decir, tomando un enfoque basado en los derechos y no en un mero altruismo, que no se base solo en las donaciones–, tanto dentro de cada país como en unidades de compensación más amplias, como la Unión Europea. Y, asimismo, con la vista puesta en lo universal, en esas que se suelen llamar políticas duras, las que inciden de manera drástica en otros países: las políticas económicas, financieras, energéticas, agrícolas, pesqueras, de patentes…

Es en esos aspectos es en los que deberían incidir los programas electorales, desde el nivel municipal hasta el europeo, persiguiendo que nuestras políticas tengan repercusión a miles de kilómetros. De esta manera, podrán ser un apoyo a esa ayuda al desarrollo que las oenegés están dispuestas a brindar en cada momento.

Datos de emergencia

Actualmente, existe una desigualdad sin precedentes en la historia: las 62 personas más ricas del mundo poseen los mismos recursos que la mitad de la población. Hay 21 billones de dólares en paraísos fiscales.

La crisis ecológica afecta a la población más pobre. El 70% de las personas extremadamente pobres que viven en países en desarrollo lo hacen en áreas rurales, y son las más sensibles al cambio climático, a los sistemas extractivos y los mercados globales de productos alimenticios. Los sistemas fundamentales para la vida –clima, biodiversidad y suelos– están en riesgo de colapso. Sólo quedan diez o doce años para estar a tiempo de frenar las peores consecuencias del Cambio Climático.

Por su parte, estamos viviendo los mayores desplazamientos forzosos de la historia –después de la Segunda Guerra Mundial–: 65 millones de personas desplazadas, migrantes y refugiadas. Se calcula que, de ellas, 20 millones están vinculadas a causas asociadas al cambio climático.

Sólo 3% de la población mundial vive en países con Estados que permiten y fomentan la participación de la ciudadanía en la defensa de sus derechos y en los procesos de toma de decisiones que les afectan. Asistimos a una preocupante tendencia mundial de aprobación de leyes que obstaculizan el derecho a la libertad de asociación y el trabajo de las organizaciones civiles.

Julia Darrieutort (UNICEF)

Políticas de cooperación

Las oenegés para el desarrollo piden a los partidos políticos que se comprometan en sus programas electorales – y en su futuro quehacer político – con la construcción de un mundo más justo, inclusivo, ecológico y solidario. Desde la Coordinadora de ONGD en España, declaran que la cooperación debe ser la principal herramienta para definir nuestro papel en el mundo como sociedad solidaria y comprometida con los principales desafíos globales.

Del mismo modo, afirman que es fundamental garantizar la participación y liderazgo positivo en asuntos como el clima, equidad de género, migraciones, fiscalidad, derechos humanos y paz. Una apuesta que ha de realizarse desde el multilateralismo, la solidaridad y la garantía de que todas las políticas contribuyen coherentemente con el desarrollo sostenible.Por ello, piden recuperar una política pública de cooperación fortalecida, estable, innovadora, de calidad, en la que participen los actores de la cooperación y que consiga superar los años de recortes.

En esta línea la coordinadora ha presentado conjuntamente a los partidos políticos un documento con cuatro claves (acompañadas de ocho propuestas) para recuperar la política de cooperación internacional para el desarrollo: el consenso sobre la política cooperación como política de Estado, recursos suficientes y de calidad –fortalecer instituciones especializadas, como la Aecid, y los instrumentos estratégicos–, la cooperación al servicio de los derechos humanos, la democracia y la coherencia de políticas para el desarrollo, y la implementación de la Agenda 2030 –al más alto nivel de la acción de Gobierno, con participación ciudadana y apostando por la dimensión internacional–.

De cara a las elecciones autonómicas y locales en Aragón, la Federación Aragonesa de Solidaridad ha presentado a los partidos políticos y coaliciones electorales ocho propuestas para una cooperación descentralizada centrada en el marco de la agenda 2030 para que las tengan en cuenta a la hora de elaborar sus programas electorales, esperando así que los partidos sean sensibles y apuesten por políticas que respondan a los desafíos globales.

Fuente: Espacio 3 – El Periódico de Aragón

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