La Federación Aragonesa de Solidaridad se hace eco de la respuesta elaborada por la Coordinadora de ONGD-España ante las declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, el señor García-Margallo: no se trata de elegir entre los derechos de unas personas y otras sino de garantizar los servicios sociales independientemente del lugar en el que hayan nacido o vivan.
El pasado 14 de marzo, José Manuel García-Margallo afirmó en su intervención en la comisión de Cooperación Internacional para el Desarrollo del Congreso de los Diputados que "recortar en cooperación es una opción extremadamente dolorosa, pero la otra opción, a lo mejor, es recortar pensiones o cerrar ambulatorios". Tal intervención no puede quedar sin respuesta y la FAS quiere difundir la reacción de la Coordinadora de ONGD-España:
La Coordinadora de ONG de Desarrollo-España muestra su sorpresa ante las declaraciones del Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, García Margallo, quien compareció ayer ante la Comisión de Cooperación del Congreso. En su comparecencia, Margallo afirmó que "recortar en cooperación es una opción extremadamente dolorosa, pero la otra opción, a lo mejor, es recortar pensiones o cerrar ambulatorios".
No se trata de contraponer unas personas con otras, sino de garantizar los servicios sociales básicos y los Derechos Humanos de las personas, independientemente del lugar en el que hayan nacido o vivan. La crisis que estamos viviendo es global, como también lo son sus consecuencias; lo que ocurre en un lugar repercute en el resto del planeta. Es precisamente por esta razón que, ahora más que nunca, debemos dar prioridad al mantenimiento de políticas públicas que garanticen las pensiones, la educación, la sanidad, el empleo, etc., tanto en España como fuera de nuestro país.
Garantizar esas políticas públicas es posible. Los fondos para tales fines pueden obtenerse equilibrando partidas como las destinadas a gastos militares o la inversión en el rescate a entidades financieras. Opciones existen y son reales. Lo que no podemos hacer, en ningún caso, es optar entre unas personas u otras y, por tanto, enfrentar a quienes sufren de manera más directa las consecuencias de la crisis sin que, paradójicamente, la hayan generado. Como ONG de Desarrollo, comprometidas con la justicia social y con amplia trayectoria en este sentido, creemos que hacerlo significaría olvidar nuestra responsabilidad ética y política ante los crecientes niveles de pobreza y de desigualdad que afectan a nuestra sociedad y al mundo.