La Federación Aragonesa de Solidaridad y la Plataforma Ciudadana contra el Racismo instamos a las administraciones aragonesas a realizar gestos de duelo ante la desaparición de 49 personas en el mar de Alborán el pasado 4 de julio
Si los responsables políticos representan a la ciudadanía y deben tener actitudes ejemplarizantes, de respeto a los Derechos Humanos y mostrar duelo ante diferentes calamidades en las que existan múltiples víctimas, lo deben hacer siempre que existan acontecimientos de este tipo y no en función del origen de las PERSONAS que fallecen.
Volvemos a denunciar todas las políticas y prácticas económicas europeas y españolas que generan y mantienen desigualdades y exclusión y que obligan a las personas migrantes y refugiadas a jugarse la vida en el viaje. Cuando se cierran las posibilidades de acceder por una vía legal, la única salida que dejamos es el mar. España tiene una gran responsabilidad en la frontera Sur: vallas con concertinas, acuerdos con Marruecos para impedir la llegada de subsaharianos a España, devoluciones en caliente, acuerdos económicos con terceros países para que acepten devoluciones de migrantes, imposibilidad de que personas de origen subsahariano susceptibles de protección internacional puedan acceder a solicitar asilo en las oficinas de Ceuta y Melilla… Son necesarias vías seguras y legales.
Las dos plataformas hemos enviado cartas a los grupos políticos para que tengan en consideración nuestra petición mostrando un duelo institucional (minutos de silencio, banderas a media asta…) ante desapariciones de PERSONAS y fallecimientos colectivos como los que se han producido esta misma semana muy cerca de Almería.
Recordamos también que desde la Asociación Caminando Fronteras se ha informado que estas PERSONAS procedían de Guinea, Gambia y Mali, en algunos casos tenían apenas 14 años y que la mayoría de ellos levaban meses ocultos en los montes de Marruecos para cruzar a Europa. Muchos de ellos, tenían un perfil de solicitantes de asilo al huir de zonas en conflicto bélico.
Concentración en la plaza de Santa Engracia, 18/12/2016 / Esther Orera
